viernes, 22 de mayo de 2009

Perdidos: el Cisne

Vale, nos situamos en la segunda temporada de la serie perdidos. Los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic encuentran un búnker al principio de esta temporada. Es la estación llamada “el Cisne”. Consiguen abrir lo que para ellos comenzó siendo una escotilla, y consiguen acceder al interior donde Kate, John Locke y Jack Shephard se encuentran con un hombre (Desmond Hume) que llevaba allí tres años pulsando una tecla. Sí, una tecla que debía pulsar para salvar el mundo decía él.


La tarea consistía en lo siguiente. Cada 108 minutos, Hume debía escribir los números malditos (4, 8, 15, 16, 23, 42) en un ordenador y pulsar el intro. Había un contador que empezaba una cuenta atrás en la pared, desde 108 hasta 0, y en los últimos minutos (y no antes, porque no lo permitía el ordenador), Hume debía introducir los números en el ordenador y pulsar el intro, para así conseguir que el contador volviese a ponerse otra vez en 108. Esta tarea debía realizarse siempre antes de que el contador llegara a 0, o podría ocurrir un “incidente”. El caso es que ni el propio Desmond sabía muy bien si ocurriría algo realmente o no si no se pulsaba la tecla, pero es lo que le había explicado su compañero y predecesor. Así que estuvo allí 3 años pulsando la dichosa tecla convencido de que su tarea era de utilidad, para evitar un nuevo “incidente”. John Locke ocupó su lugar cuando Hume escapó pensando que el ordenador se había averiado, el día que llegaron los supervivientes de la playa, y sin querer lo dispararon. Y así, al igual que Hume, continuó pulsando la tecla.
Más tarde John dejaría de hacerlo, cuando descubren la Perla, otra estación de la iniciativa DHARMA, que servía entre otras cosas para estudiar el comportamiento de las personas que se encontraban en el Cisne. Fue en ese momento cuando John empezó a dudar de la tarea que estaban haciendo.
Antes ya lo hizo Jack, advirtiendo de que dicha tarea podría ser simplemente una prueba psicológica, una prueba para ver si los habitantes del Cisne pulsaban la tecla y hasta cuándo. Un estudio psicológico pensado por alguien. John no quiso creerle y se tiró un tiempo pulsando la tecla, pero al encontrar la Perla y darse cuenta de que dicha estación parecía pensada para estudiar el comportamiento de los habitantes del Cisne, empezó a dudar de si lo que había estado haciendo había servido realmente para algo.

Aprendizaje de escape y evitación
Volvemos la mirada a los procesos de aprendizaje de la psicología básica. Un fenómeno que ocurre en el laboratorio es el llamado aprendizaje por evitación.
A una rata se la mete en una jaula, donde el suelo está electrificado. La jaula tiene dos compartimentos, el izquierdo y el derecho.
Aparece una señal, que puede ser un ruido, una luz, o ambas. Poco después de la señal, el suelo administra una descarga eléctrica a la rata, la cual escapa al otro compartimento. Si la rata se encuentra en el compartimento derecho por ejemplo, solamente aparece la descarga en dicho compartimento. En el otro no. Así que la rata puede escapar de la descarga cuando esta aparece marchándose al compartimento de al lado. Podemos ver un vídeo donde se ve bastante claro…



La cuestión es que la rata acaba aprendiendo que a la señal le sigue el calambrazo y que puede anticipar el calambrazo mediante la señal. Así que al final la rata acaba aprendiendo que cuando aparece la señal eso es que viene el calambrazo, y escapa “antes” de que la descarga aparezca. Así no recibe ninguna descarga. En ese momento pasa de ser conducta de escape, a ser evitación lo que la rata hace, gracias a lo que ha aprendido. Es lo que se conoce como aprendizaje de evitación. Una de las cosas más características de la conducta de evitación, es que se mantiene aunque el calambrazo desaparezca. Simplemente el animal no se entera de que no aparece más, porque no se queda a comprobarlo. Así que la conducta se ve mantenida finalmente por la ausencia de calambrazo ante la señal, así que se ve mantenida por nada, dicho de otra forma. Por lo tanto en muchas ocasiones es difícil que el animal deje de poner en práctica dicha conducta.
Podemos imaginarnos fácilmente cómo este tipo de comportamiento favorece la supervivencia…

Luego viene un paso más y aparecemos nosotros los humanos, que podemos seguir instrucciones dadas por nuestros pares; es decir, amigos, padres, maestros…Los humanos evitamos gran cantidad de cosas para evitarnos daños. A veces aprendemos de la experiencia, otras veces gracias a instrucciones que otros nos dan. No metemos los dedos en el enchufe para comprobar que efectivamente es peligroso. Alguien nos lo dijo y le hacemos caso para mantenernos con vida. Y es necesario hacerlo así.
Pero, ¿y si lo que nos cuentan no es cierto? ¿Qué haremos entonces? ¿Haremos lo que sea con tal de evitar nuestra muerte o nuestra desgracia aunque no estemos seguros?
Y es que a veces nos encontramos con personas que llevan consigo patas de conejo para evitar tener mala suerte. Hace poco conocí a un profesor que bebía agua embotellada porque tenía la sensación de que la del grifo le sentó mal en cierta ocasión. Y ahora bebe siempre de botella para evitarse problemas similares. Hay quien reza a los santos para evitar que dios les traiga desgracia…Y es que una conducta aprendida, que puede no ser útil realmente, puede llegar mantenerse sin estar reforzada por nada, si se trata de una tarea de evitación.

Volviendo a la isla
Volviendo con nuestros amigos de la Isla, finalmente deciden probar si realmente ocurría algo si dejaban de pulsar la tecla. Y efectivamente, sí que ocurría, se equivocaron al dejar de pulsarla. Pero, ¿cómo saberlo antes de hacer la prueba en este caso?
De cualquier forma, cuando en la segunda temporada se habla sobre todo este tema de estudiar a aquellos que pulsan las teclas del Cisne, no he podido evitar acordarme una y otra vez de la psicología básica.

Fuente Imagen

No saber ciencia es peligroso
¿Sabes cómo encontrar los planetas en el cielo?

7 comentarios:

Iván Núñez dijo...

Como se ve la deformación profesional. Cuando yo vi Perdidos, lo que vi ahí fue un Watch Dog Timer (temporizador de perro guardián).

En aparatos electrónicos es un contador que el propio aparato tiene que poner a cero cada cierto tiempo.
Si el contador llega a un cierto número sin que nadie pulse el botón, reinicia el aparato.
De este modo si ocurre cualquier problema con la lavadora, o si por cualquier tontería el horno se queda en un bucle infinito, comprobando la temperatura sin hacer nada más. Cuando el temporizador llega a ese número, el aparato se apaga un momento, y vuelve a empezar con lo que estaba haciendo, pero desde un lugar seguro.

Michael Crichton ya había utilizado esa idea en Esfera, y si en un día nadie iba a reiniciar el contador del submarino, este subía automáticamente a la superficie con todos los datos de la investigación al suponer que había sucedido algo y no quedaba nadie para continuar investigando.

Héctor dijo...

Sí, empiezo a ver cosas de psicología en todas partes :D Voy a tener que salir más...

Al final cada uno ve una cosa diferente en fución de su conocimiento anterior. Eso al menos decía Piaget. Seguramente un matemático diría algo de los números :D ¿Alguno por ahí? Y un físico seguro que podría decirnos cosas sobre el tema del magnetismo. No puedo estar más de acuerdo...por cierto, ya que estoy, invitados quedáis los físicos del blog a hacer una segunda parte si queréis sobre Perdidos centrada en cuestiones físicas...o médicas...eh, Sophie?
Que la serie ésta da para mucho me parece a mí...

Un saludo Iván y gracias por comentar;)

Iván Núñez dijo...

Y aún quedaría el componente místico... por que creo que lo de 108 minutos tiene que ver con algo del budismo.... ya no recuerdo, pero eso ya poco tiene que ver con la ciencia XD

Y bueno, algo más cercano al tema, y que ya tiene que ver con el aspecto sicológico y no con la serie de televisión. Vi una vez en un documental que los bebés, antes cosas nuevas lo que hacen es ver la reacción de los padres. Si los padres están tranquilos, dan por supuesto que la novedad no supone ningún riesgo, si los padres se ponen nerviosos, suponen que la novedad es peligrosa, y se asustan, lloran, escapan, etc.
En un primer momento me pareció un sistema muy interesante de protección. Está claro que es mejor ver que tu madre se asusta por la serpiente, que no que te pique una venenosa por intentar llevártela a la boca.
Pero resulta que como comentas en el post, esos conocimientos no se actualizan, se sigue evitando el supuesto peligro, aunque ya no exista tal peligro.
Y pienso en todos esos bichos, que quizás sean venenosos en Australia, pero que por estos lares son de lo más inofensivos, y a los que evitamos como si fuesen peligrosísimos, por que una tataratataratatarabuela se asustó al ver a su hijo acercarse demasiado.
Y pienso... unos padres sobreprotectores como los que se ven tanto hoy en día criarán hijos que le tendrán miedo a todo... y el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento, y ese es el camino al lado oscuro. XD

Carlos Lobato dijo...

Muy bueno Héctor y cuánta razón cuando dices que cada uno se fija en lo que le interesa jejejeje. A mi me llaman muchísimo la atención los oso polares y los jabalíes de la isla... jejeje. ¿Y qué tipo de criatura es el monstruo de humo...? jejejeje. Habrá que ponerse a investigar... Saludos! ;)

Héctor dijo...

Sí Carlos, precisamente me estaba acordando de ti y de los animales que aparecen tb :)

Curioso lo del budismo Iván, parece que los guionistas han llenado de simbolos la serie...

EC-JPR dijo...

@Iván:Eso me suena parecido a un dispositivo de hombre muerto, ¿no? Por ejemplo, en las cabinas de los trenes, hay un pedal que el conductor tiene que pisar cada cierto tiempo, para que el aparato sepa que él sigue al mando y no se ha desmayado ni se ha ido a mear; si no se pulsa el pedal, el tren se frena.

Iván Núñez dijo...

Pues sí, la idea es la misma, claro que yo solo conocía la aplicación informática, no sabía que los trenes y similares llevaban estos dispositivos.... si al final los guionistas de Perdidos no son tan originales como pensábamos XD