Slumdog Millionaire, es una película de Bollywood, que ha recibido 8 oscar de la academia y 4 Globos de Oro. Y no es para menos, la verdad es que la película está muy bien. Y no sólo han sido esos 8 oscar y esos 4 Globos de Oro, ha recibido otros muchos premios.
Pero Héctor, diréis, ¿es que ahora esto es un blog de cine? No, pero la película nos va a venir como anillo al dedo para hablar de un concepto conocido en psicología de la memoria como: “recuerdo flash” o “recuerdo destello”.
Empecemos recordando un poco el argumento de la película. Los que no la hayáis visto esperad a verla, que sino igual os cuento alguna cosa interesante y luego no disfrutáis igual del film.
Jamal Malik, es un joven que decide presentarse a la versión india del concurso “¿Quién quiere ser millonario?”, y lo cierto es que lo hace muy bien. Acierta todas las preguntas ganando con ello un pastizal. Sin embargo, la policía sospecha que puede tratarse de un fraude. ¿Cómo un simple camarero que sirve té puede acertarlas todas, cuando otros muchos no han podido? La policía lo interroga y gracias a este interrogatorio Jamal nos descubre cómo ha sido posible tal proeza. Y es que ha tenido la gran fortuna, de que todas las preguntas que le hicieron en el programa, guardaban relación con un suceso importante de la vida del joven.
Y aquí es cuando volvemos al concepto de “recuerdo flash” o “recuerdo destello”. ¿Qué es eso?
Un recuerdo flash es un recuerdo del que nos acordamos mucho mejor que del resto, un recuerdo que cuando lo memorizamos fue para nosotros importante e impactante emocionalmente, y que gracias a eso lo recordamos de forma mucho más intensa de lo que lo haríamos normalmente.
Y es que no es algo nuevo el hecho de que memoricemos mejor aquellos hechos que nos impactan. Si lo pensamos bien la memoria tiene marcada claramente la huella de la evolución, ya que aquello que nos causa un gran impacto emocional, en un mundo lleno de peligros, es recomendable recordarlo sin necesidad de más de una exposición (aprenderlo de una vez vamos), no vaya a ser que no existan más ocasiones para aprender. Sobre este tema podemos ver un vídeo interesante en el que se comenta esto mismo, y que nos habla de las diferentes estructuras cerebrales implicadas en las emociones y la memoria, y en el que se ve claramente el valor que dicha forma de funcionamiento de la memoria tiene para la supervivencia.
Así es como Jamal consigue acertar todas las preguntas, simplemente formaban parte de su vida. Todos somos igual que Jamal Malik, aunque las preguntas apropiadas para cada uno de nosotros son diferentes. Y es que todos nos hacemos una historia de nuestra vida, y esa historia que nos contamos a nosotros mismos puede que esté formada por “esos momentos estrella” que nos dejaron huella.
Puede que no recordemos aquel viaje en el metro en el que no pasó nada. Si nos piden que contemos algo de nuestra vida no contaremos aquella vez que salimos del portal como cada día, seguramente contaremos aquellas cosas que significaron algo. Aquellas cosas que nos causaron emoción y que significaron algo. De eso está hecha la historia de nuestra vida, de “esos momentos estrella”. Y puede que en base a esa historia nos digamos a nosotros mismos quiénes somos, cómo somos…
Todos conocemos la costumbre que tienen los ancianos de “contar historias”. Historias que seguramente para ellos están llenas de emoción, y que a los demás pueden no decirnos mucho.
Si os pregunto si recordáis el primer beso, el primer amor…la mayoría seguro que tendréis detalles en vuestra memoria sobre sucesos tan importantes en vuestra vida, al igual que Jamal Malik. Aunque incluso dichos recuerdos que parecen tan claros, no lo son en realidad, pero eso es otra historia.
Por otra parte, hay algunos sucesos que provocan “recuerdos flash” en un gran número de personas. Son sucesos muy impactantes para toda una sociedad. Si os pregunto…¿recordáis cómo os enterasteis del atentado del 11-S? ¿Qué es lo que hicisteis antes o después, o mientras os dieron la noticia? Seguramente sí. Preguntad y veréis que efectivamente la gente se acuerda de ese momento.
Aquellos que tienen más edad y son de nuestro país (España), seguramente recordarán otro día muy señalado de hace 28 años. Preguntad a los que lo vivieron si recuerdan el 23-F, el día que una democracia joven estuvo a punto de convertirse en una nueva dictadura en nuestro país. Si les preguntáis, seguramente os podrán dar muchos detalles de aquel momento. Podríamos decir que estos acontecimientos provocan algo así como “recuerdos flash de multitudes”.
El efecto del famoso
Me invento el nombre “efecto del famoso” en tono divertido, y le pongo nombre a lo que hemos comentado a lo largo de todo el texto, pero viéndolo en situaciones de la vida cotidiana. ¿Recordáis aquella vez que visteis a un famoso? Seguramente sí. Sin embargo ellos es muy posible que no os recuerden ni aunque os pongáis delante e intentéis obligarles a hacer memoria. La explicación está en lo ya comentado.
El efecto “te quiero…digo…te recuerdo”
Una variante del efecto del famoso es el típico de alguien que recuerda a otro alguien del sexo opuesto, y que no es recordado. Si ni siquiera se acuerda de mí mal vamos, piensa uno (o una). Que se acuerden no nos dice nada, pero bueno, algo es algo.
El efecto del mago
Este efecto no lo habréis vivido desde ambas partes si no habéis hecho nunca trucos de magia. Pero una cosa que suele ocurrirles a los ilusionistas cuando hacen un buen juego a alguien que nunca ha visto magia, es que provoca en ellos una gran sorpresa. Yo recuerdo muy bien cómo estando en el patio del colegio donde hice bachillerato, un profesor hizo un juego que me dejó a cuadros. Seguramente el profesor no lo recuerde, pero yo sí. ¿Recordáis algún buen truco de magia que os dejó pasmados?
Más tarde, me aficioné al ilusionismo y durante una temporada me dediqué a hacer juegos de magia. Una de las cosas que me llamaba la atención es que un juego que puedes hacer 28 veces, es evidente que no recordarás las 28, sin embargo muchas de las personas a las que les haces el juego, sí que guardan dicho recuerdo. Solamente fue uno para ellos y además les dejó asombrados. Así que a veces te encuentras con alguien y te comenta…¿recuerdas aquel truco que nos hiciste?...aquel que era buenísimo, sí hombre…Y el pobre mago que no quiere quedar mal, intenta disimular como puede…pero muchas veces no se acuerda de nada.
Imagen: Cartel de la película sacado de aquí.
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