sábado, 4 de septiembre de 2010

No te dejes caer por el bar

“Las patatas estaban estupendas, así como las bebidas. La música hacía la estancia más agradable. Y allí estaba yo, con uno de mis colegas disfrutando de lo que prometía ser el inicio de una gran noche. Estábamos charlando animadamente cuando algo llamó nuestra atención. Alguien acababa de caer en la puerta del local…y de qué forma. Nos quedamos mirando, y pudimos apreciar a un hombre de complexión media que se levantaba del suelo como buenamente podía, lamentándose dolorido e intentando que su orgullo no resultara lastimado.

Sin pensar demasiado en lo que había pasado continuamos disfrutando de la salsa picante. Pero cual fue nuestra sorpresa cuando apenas unos minutos después otra persona tocó el suelo al igual que la primera en la puerta del local. Por lo visto había resbalado estrepitosamente.
-Recuérdame cuando salgamos que tenga cuidado con la entrada- le apremié a mi amigo.
Seguimos a lo nuestro, y a la hora de salir…adivinad…me caí dándome un buen golpe en el trasero. En el mismo sitio exactamente donde habían caído anteriormente las otras dos personas. Mi amigo se echó a reír y me pidió perdón entre carcajada y carcajada por no haberme avisado. “Se me olvidó”, me dijo, “lo siento”.

Me levanté con una parte del culo lo bastante dolorida como para acordarme de un buen número de gente, y no voy a decir para qué. Pero pasados unos segundos el dolor no fue tan intenso y en seguida le vi el lado humorístico a la historia.”

Supongo que no me deja en buen lugar este relato, pero sirve para ejemplificar perfectamente algo que quería comentar. La importancia del suelo de un local y de cómo esté distribuido el tipo de suelo. Me explico…

Lo que había sucedido en este caso era que estaba lloviendo en el exterior, y el agua de la lluvia había mojado una pequeña rampa que daba del local a la calle, y que a pesar de estar tapada, el viento había puesto perdida de agua. Y con el agua ya se sabe, resbalón…

Así que podemos pensar en un primer momento que este accidente es algo que no se puede evitar y algo normal. Si está mojado es de sentido común que la gente se caiga. De toda la vida.
Sin embargo eso no es así. Hay diferentes formas de hacer prevención de este tipo de accidentes, y desde luego lo que no es para nada de recibo es que se caiga en el mismo sitio una persona cada poco tiempo. Eso nos dice algo sobre las posibles causas del accidente.

Los accidentes se construyen. Y puede parecer que la culpa es de la lluvia y de nuestra torpeza al andar, que es lo más visible. Pero lo cierto es que también lo es de otras posibles causas que entran en juego, porque puede que yo me haya caído en ese preciso momento en ese lugar porque alguien empezó a construir dicho accidente mucho tiempo antes.

Y aquí entran las características del suelo. ¿Qué resbaladicidad presentaba el suelo? ¿Qué características tiene? ¿Es un buen suelo, o facilita el hecho de que yo me caiga en cuanto caen cuatro gotas? ¿El tipo que puso el suelo no empezó a construir mi accidente si usó un tipo de suelo que no es adecuado? Y si es así, ¿me hubiera caído si el suelo hubiera sido diferente?
Si vamos a la legislación española encontramos que el tipo de suelo se clasifica según la resistencia al deslizamiento. Así encontramos suelos tipo 0, 1, 2 y 3, siendo el tipo 0 el que menos resistencia ofrece al deslizamiento y 3 el que más. Esto lo podemos encontrar en el Código Técnico de la Edificación, en “Seguridad de utilización y accesibilidad” apartado 1 (SUA1), titulado “Seguridad frente al riesgo de caídas” cuando habla de resbaladicidad de los suelos (anda, que vaya nombre le han puesto…resbaladicidad).

También se incluye en dicha legislación, qué tipo de suelo ha de ponerse en función de su localización. Así se dice que en zonas interiores húmedas, como por ejemplo entradas a edificios, si existe una rampa de más del 6 % de pendiente, el suelo ha de ser de tipo 3. Es decir, el menos resbaladizo.

Si el suelo no es el adecuado, por ejemplo de tipo 1 igual que el del interior, puede ocurrir que se caiga más de uno, igual que en nuestra historia. Así que “puede ser” que el suelo no fuera el adecuado y que la inclinación de la rampa de entrada facilitase las caídas. Puede ser que una de las principales razones por las que todos nos caímos aquel día, es que alguien no hizo los deberes y puso el suelo que no era. Puede ser que las causas de una caída que más fácilmente se pueden evitar, se encuentren en las propiedades físicas del suelo, y en el cumplimiento de la ley.

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2 comentarios:

Javier dijo...

"Los accidentes se construyen"

Me gusta la frase, muchas causas actúan en cada situación y también a lo largo del tiempo. En paticular en las situaciones vitales a veces nos vemos en "callejones sin salida" y olvidamos que fue una larga cadena de decisiones la que nos llevó allí.

Héctor dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo Javier ;)