viernes, 27 de febrero de 2009

Que no, que no creo que la leche sea mala para la salud

Hace un tiempo tuve ocasión de leer un buen artículo de Pablo Palenzuela en La lógica del titiritero que comenzaba así:

En 1903 el filósofo George Edward Moore le puso el nombre de “falacia naturalista” a la creencia de que “todo lo natural es necesariamente bueno”. Esta creencia sigue teniendo adeptos, con independencia de que resulte difícil saber con exactitud qué es “natural” o “artificial” (incluso qué es “bueno” o “malo”). He oído versiones de la “falacia” en frases tales como “el hombre es el único mamífero que consume leche en estado adulto”, dando a entender que esta costumbre es “anti-natural” y, por ello, perjudicial para la salud.

Efectivamente, la falacia naturalista está más presente de lo que nosotros mismos nos imaginamos, sobre todo en temas de salud. Cuando estaba en la facultad me enfrenté varias veces a esta falacia y ahora que me estoy preparando el MIR sigo enfrentándome a ella. Uno de los asuntos que más me han planteado amigos y familiares es si la leche es mala para la salud. Que si es antinatural que el ser humano adulto consuma leche porque eso es algo reservado para mamiferos lactantes, que si favorece el desarrollo de ciertos cánceres, sienta fatal al aparato digestivo, etc. En HomoScience tuvimos un debate sobre el tema y hoy vuelvo a la carga con él, aportando datos que sustenten mi postura: que la leche y sus derivados son buenos para la salud y no perjudican en absoluto al ser humano no lactante. Quiero dejar claro que aquí aporto una serie de argumentos a favor de mi postura y que estoy totalmente abierta a réplicas y a que se me lleve la contraria siempre y cuando se aporten enlaces, artículos, pruebas, etc. Ya sabéis: la carga de la prueba incumbe al que afirma


Tras esta larga introducción, vamos al tema principal: ¿es mala la leche para la salud? ¿Es antinatural tomar leche y sus derivados siendo mamíferos adultos? Yo sostengo que no. ¿Por qué? Por una serie de razones:

- La mayor parte de los adultos de España poseemos una enzima, la lactasa, capaz de metabolizar la lactosa de la leche, de manera que podemos aprovechar los nutrientes que nos aporta, especialmente calcio y vitaminas. ¿Es antinatural aprovechar que poseemos esa enzima para metabolizar la lactosa contenida en la leche?

- En caso de intolerancia a la leche siempre se puede recurrir a sus derivados, ya que en el proceso de fermentación se pierde la lactosa contenida en la leche mientras que sus nutrientes permanecen, pudiendo ser utilizados igualmente por el organismo.

- Habrá quien argumente que hay otras fuentes de calcio y vitaminas. Totalmente de acuerdo. Sin embargo, la leche y sus derivados son productos que los niños toman con más facilidad y comodidad, aparte de ser alimentos completísimos al tener calcio, vitamina D y fósforo, tres elementos importantísimos para la correcta calcificación de los huesos. A todo esto, remarco que estamos diciendo que la leche es buena para la salud en su justa medida, dentro de una dieta equilibrada.

- La leche no sienta fatal al aparato digestivo ni hace las digestiones más lentas. Tan sólo provoca diarreas y flatulencias en caso de no poseer la lactasa, pero en individuos tolerantes no causa ninguno de los efectos mencionados.

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En cuanto a que la leche favorezca la aparición y el crecimiento de ciertos tipos de cánceres, no se ha demostrado tal afirmación, con lo que es más un mito que otra cosa.

Y ya por último os dejo con la explicación de por qué muchos humanos adultos podemos consumir leche sin que nos pase nada.

Si echamos un vistazo al PubMed o el NEJM, por citar dos lugares que incluyen en su base de datos artículos científicos, encontramos que hay documentados casos de personas con intolerancia a la lactosa, un disacárido presente en la leche. Para poder metabolizarlo es esencial poseer una enzima llamada lactasa, presente en grandes cantidades en el organismo de los mamíferos lactantes. Conforme vamos creciendo, el organismo de los mamíferos va sintetizando una menor cantidad de lactasa. Hay una excepción: el ser humano. No todos los humanos, claro está, hay quien sigue produciendo lactasa en cantidades suficientes para poder metabolizar la lactosa sin problemas y quien la produce en menor cantidad o no la produce. Si echamos un vistazo a este artículo de Bersaglieri et al, podemos leer que:

In most human populations, the ability to digest lactose contained in milk usually disappears in childhood, but in European-derived populations, lactase activity frequently persists into adulthood (Scrimshaw and Murray 1988). It has been suggested (Cavalli-Sforza 1973; Hollox et al. 2001; Enattah et al. 2002; Poulter et al. 2003) that a selective advantage based on additional nutrition from dairy explains these genetically determined population differences (Simoons 1970; Kretchmer 1971; Scrimshaw and Murray 1988; Enattah et al. 2002), but formal population-genetics–based evidence of selection has not yet been provided

¿Qué quiero decir con esto? Pues que se ha descubierto la existencia de un gen que regula la formación de lactasa, la cual puede mantenerse o no con el tiempo, según el gen heredado. El gen "perdurable", por llamarlo de alguna forma, está más presente en la población europea, sobre todo Centroeuropa, mientras que no se observa en el sur de África, Japón y América del Sur. En aquéllas regiones del mundo donde no se hereda este gen, hay mayor intolerancia a la leche. Existe la hipótesis de que la capacidad de digerir la leche siendo adultos es una cualidad que ha surgido a partir de una mutación en aquéllas poblaciones que incluyeron la leche en su dieta habitual, siendo una gran ventaja evolutiva. Sin embargo, son sólo hipótesis, aún no comprobadas del todo. ¿Es esto antinatural? No lo creo, la verdad.

Artículo revisado por Héctor y "animado a escribir" por Eugenio. Muchas gracias, chicos :)

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14 comentarios:

Eugenio Manuel dijo...

Se puede decir más alto, pero no más claro.

Orofëa dijo...

- La leche no sienta fatal al aparato digestivo ni hace las digestiones más lentas. Tan sólo provoca diarreas y flatulencias en caso de no poseer la lactasa, pero en individuos tolerantes no causa ninguno de los efectos mencionados.


no he podido evitar acordarme de leonar hoffstader ;)


y una pregunta, esta vez seria: cuando dices que en europa seguimos sintetizando lactasa debido a una mutación causada por el consumo de leche, estás diciendo que la función crea el órgano? o en este caso, la función crea el gen?



por otra parte, gran post!

Anónimo dijo...

El entorno actúa como presión para que cambie la frecuencia de unas características en los individuos, en este caso la producción de lactasa en la vida adulta.
Aunque como se comenta no hay evidencias de que esto sea así, es sólo una hipótesis Orofëa...aunque mejor que yo te podrá contestar Sophie.

Anónimo dijo...

@ Eugenio, claro que sí. He publicado el artículo en Mondo Medico también, para mayor difusión. A ver si consigo poner mi granito de arena en la lucha contra esa falacia, hombre.

@Orofëa, ya te ha contestado Héctor. Aún no se conoce a ciencia cierta, pero se baraja esa hipótesis como la que más se ajusta a la verdad, que por la presión ambiental haya ido variando la producción de lactasa. Es un mecanismo evolutivo, adaptativo.

@Héctor, exacto :)

Anónimo dijo...

Por cierto: http://www.fisimur.org/2009/01/18/pensamos-por-nosotros-mismos/ Me han dejado este enlace en Mondo Medico y es bastante curioso.

Orofëa dijo...

perooo entonces a ver que me entere, que dejé la biología en el instituto. entonces ya no es que haya mutaciones y que quienes resulten beneficiados por esa mutación son los que prevalecen sino que quienes sean beneficiados por una hipotética mutación la sufrirán?


en cualquier caso, gracias por la explicaicón!

Anónimo dijo...

No entiendo lo que quieres decir exactamente.

Pero lo que se dice en el artículo es que quienes poseen ese gen y han estado viviendo en Europa (donde se ha consumido tradicionalmente leche), la capacidad de aprovehcar dicho alimento y la presencia de este en el entorno, ha hecho que los que se benefician de la misma tengan una ventaja adaptativa frente a los que no y aumente el número de los que sí pueden beberla en la población Europea. Así que el mensaje vendría a ser, si acepta nuestro organismo la leche y es una ventaja nutricional, sería recomendable tomarla. Pero este último apartado se comenta sólo a modo de curiosidad, sobre investigaciones que se van haciendo, no hay evidencia de que de hecho sea así.

Orofëa dijo...

lo que quiero decir es que si el consumo de leche favorece la producción de lactasa, o es mutación aleatoria la que favorece la producción de lactasa

Anónimo dijo...

No sólo existe la mutación “europea” de la que hablas. En África, tan sólo un 5% de la gente es capaz de digerir la leche, a pesar de no tener la mutación que poseemos los europeos.

El motivo por el que ciertas poblaciones que se dedicaban a la ganadería en África podían digerir la leche fue un misterio hasta el año pasado cuando los científicos identificaron tres nuevas mutaciones que causaban que el gen de la lactasa no dejara de expresarse al hacernos adultos.

Carlos Lobato dijo...

Sophie: Genial el artículo y en tu línea de destrozar mitos. ;)

Orofëa: Lo que han intentado explicarte Sophie y Héctor anteriormente es que, aunque la mutación aparezca por azar, la presión ambiental hace que se vayan seleccionando aquellos individuos a los que les beneficia tener dicha mutación. Para ver si con un ejemplo lo entiendes mejor, ¿te suena el tema de la resistencia bacteriana a los antibióticos? Resulta que los antibióticos actúan defendiéndonos de las bacterias, pero si, por azar, aparece una bacteria con una mutación que la hace inmune al antibiótico, éste eliminará de la población a todas las demás menos a ésta, que transmitirá la nueva condición a su descendencia, haciendo que, en poco tiempo, toda la población bacteriana sea inmune. Algo parecido, salvando las distancias, ocurriría en el caso de la lactasa. ;)

Un saludo a tod@s!

Orofëa dijo...

vale, capitto...es que soy un poco lento (a veces...)

gracias!

AGRA dijo...

He leido rápidamente el artículo y los comentarios y quería comentar que lo más interesante de todo este asunto es que el factor ambiental que ha favorecido la selección de la mutación que nos hace tolerantes a la lactosa (a los europeos, y como se ha dicho, a varias poblaciones africanas, en realidad son diferentes mutaciones), es un FACTOR CULTURAL: la ganadería. Es decir en aquellos grupos que desarrollaron la ganadería se dieron las condiciones (la posibilidad) de que se seleccionara la mutación porque lógicamente perimitía aprovechar mejor un alimento como la leche de los animales domésticados.

Anónimo dijo...

@Alfonso, apuntado queda para modificarlo aquí y en Mondo Medico, muchas gracias por el enlace.

@Orofëa, ya te han respondido mis compañeros. Yo tuve la misma duda que tú al elaborar el artículo, porque la verdad es que cuesta algo creer que se produzca ese mecanismo; no nos da por pensar que en algún punto de la evolución del ser humano se empezó a beber leche, sino que asumimos que eso es desde el principio de los tiempos y que siempre tuvimos suficiente lactasa para digerirla :)

@AGRA, lo has dejado bien claro aquí el factor ambiental que ha favorecido la selección de la mutación que nos hace tolerantes a la lactosa (...), es un FACTOR CULTURAL: la ganadería.. Y esa mutación es muy ventajosa para nosotros al permitirnos aprovechar un alimento tan completo como es la leche :)

Anónimo dijo...

Los productores de leche utilizan hormonas para aumentar la producción, si bien es cierto que en España está prohibida la venta de estos productos, muchos veterinarios la venden en un mercado negro que nadie controla. Ni que decir tiene el uso indiscriminado de piensos elaborados con omg.