martes, 18 de noviembre de 2008

Los mal llamados "cortes de digestión"


Héctor me preguntó en un hilo de HomoScience por los famosos cortes de digestión. Concretamente, su mensaje fue “Una pregunta para nuestra médica preferida. ¿Son reales las muertes por corte de digestión? Siempre nos han dicho que no es bueno bañarse después de comer, pero en muchas ocasiones he oído que esto es un mito. ¿Qué opinas Sophie? (O quien tenga algo que comentar)”. Le dí una respuesta bastante resumidita y aquí vengo ahora a ofrecer la “versión extendida” de la misma, para disfrute y deleite del personal.

Para empezar, la frase “corte de digestión” es mentira cochina. Sí, otro mito de la infancia al suelo, junto con el del agua oxigenada y las burbujitas que se forman tras echarle un buen chorrito a una herida. La digestión no se corta cuando nos zambullimos en agua fría, y de ahí vienen los problemas. Es más, lo que sucede no se llama corte de digestión, sino hidrocución, palabra fea donde las haya.

Cuando comemos, notamos que nos relajamos, que entramos en un estado de sopor y lentitud. El cuerpo decide que la mayor parte de la sangre del organismo debe concentrarse en el aparato digestivo, porque la prioridad es recoger los nutrientes de la digestión, almacenarlos para su posterior uso, con lo que hay menos sangre para otros órganos, que reciben la justa y necesaria. Así, el cerebro recibe menos sangre, los músculos también, y se producen los efectos anteriormente mencionados. ¿Qué ocurre si tras comernos un buen potaje con toda la pringá nos metemos en una piscina con agua bastante fría? Que se produce el reflejo de la inmersión, con lo que los capilares sanguíneos más superficiales se contraen y el corazón late más despacio, al mismo tiempo que se intenta mandar más sangre al cerebro. El organismo se descontrola: el cerebro demanda sangre, el aparato digestivo demanda sangre, no da tiempo a que llegue la suficiente a ambos sitios, no llega ni en cantidad ni en tiempo necesario. Así, al no llegar sangre suficiente al cerebro, vienen los mareos, el malestar general, la descoordinación a la hora de movernos, el síncope e incluso la parada cardiorrespiratoria. Sin embargo, matizo: la gravedad depende mucho de lo que se haya comido, el tiempo que haya transcurrido desde que uno ha comido hasta que se zambulle, si entra poquito a poco en el agua o de un tirón, la temperatura que tenga el agua y si difiere mucho de la temperatura ambiental, etc. No es tan fácil morir de un “corte de digestión” como se llama erróneamente.

Tras todo esto, espero haber aclarado qué es realmente y que seáis sensatos a la hora de meteros en el agua tras una buena comida, sin llegar al extremo de la aprensión y la histeria.

Este artículo fue revisado por Héctor. Muchas gracias, chico :)

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12 comentarios:

dani-elornitorrinco dijo...

Muy bueno el artículo, como siempre, y de leerlo me ha entrado hambre, será por lo del potaje con toda la prigá ;-)

Anónimo dijo...

Se ha caído el mito del corte de digestión :) Vaya cara que tiene el muñequito del dibujo...

Anónimo dijo...

Dani, es que con el frío que hace, unas buenas berzas de la sierra gaditana, un buen pucherete o un potaje con toda su pringá apetecen mucho, jaja. Muchas gracias :)

Héctor, sí, una cara muy propia. Llevo una temporada cargándome mitos, verás tú que de esto me sale un apodo :P

Anónimo dijo...

Muy interesante. O sea que la digestión no se interrumpe, si no que es precisamente por continuarla cuando entra en competencia con el cerebro.
¿Hay otras formas de que se produzcan "cortes de digestión" además de la hidrocución? No sé... estres, fatiga, impactos...

¿Un apodo? Sophie, alias "La iconoclasta" XDDD (no te lo creas, eh)

Myriam dijo...

Mmmm... que no te lea un amigo mío, que me tiene apodada como "jodeteorías de mierda" por eso de fastidiar mitos e ideas con argumentos científicos...
La entrada muy buena y muy bien explicada. Bueno, como siempre.

PD.- Que gracioso, en la verificación de la palabra me sale "coment"

Anónimo dijo...

Darkrosalina, me encantan tus preguntas, en serio, siempre haces la pregunta concreta y adecuada :) Pues sí, hay otras situaciones en las que se puede dar un mecanismo similar: en caso de ponerse a hacer ejercicio físico extenuante justo después de comer. No sienta nada bien marcarse una pachanguita después de una buena comida, la verdad.

Myriam, dale a leer la entrada, anda, que le suba un poquito la tensión arterial, jaja. Muchas gracias :) (por cierto, muy curioso tu blog, otro más para el feed :D )

Carlos Lobato dijo...

Muy aclaratorio el post Sophie! Como nos gusta cargarnos mitos desde el Museo! ;)

Anónimo dijo...

Y que lo digas, chiquillo, si es que somos como los cazafantasmas, pero en versión "mitológica" xDt

Gouki dijo...

te iba a hacer uan pregunta parecida a la que te ha hecho darkrosalina.
hay un corte de digestion autentico?

alguna vez me ha pasado, que en vez de hacerse la digestion normalmente, he notado como seguia teniendo lleno el estomago durante horas, como si se hubiese parado la digestion, y acabar vomitando al de unas cuantas horas.

Myriam dijo...

Sé que no tiene que ver con la entrada, pero por qué si meto en la búsqueda de imágenes del google "erase una vez la vida"+enzimas me salen tantas imágenes del museo de la ciencia? mmmm, aquí hay algo raro

Anónimo dijo...

Gouki, depende de la alimentación, si lo que has comido es algo pesado y difícil de digerir ( un exceso de grasas o proteínas), tardarás más en digerirlo. Sí, se podría llamar corte de digestión auténtico en el sentido de que el bolo alimenticio deja de dar vueltas en el estómago y es devuelto, cosa que ocurre en intoxicaciones alimentarias y en exceso de ingesta de alimentos ( vómitos por rebosamiento, el alimento no cabe en el estómago y hay un remanente en el esófago que permanece el tiempo suficiente para desencadenar ese mecanismo)

Myriam, he hecho la misma prueba que tú y no me ha salido eso, así que no tengo ni idea.

Anónimo dijo...

Como siempre una gozada leerte.

Saludos ¡¡