Entrada publicada anteriormente en La ciencia para todos
Aunque el viaje siempre es interior, es agradable cambiar el decorado donde tiene lugar, sobre todo si se hace acompañado de gente que le quiere a uno y a los que uno quiere.
Esta vez fuimos físicamente un poco más lejos, y tomamos un avión.
Cuando el avión comenzó el descenso y empezamos a sentir esa desagradable sensación en los oídos, pensé que el cambio de presión podría ser suficiente para espachurrar una botella de plástico. Así que nos pusimos manos a la obra.
Vaciamos la botella de agua y la cerramos (con esto queda llena de aire a baja presión), después la estuvimos observando según descendíamos y aumentaba la presión.
Así quedó al final.Explicación
Aunque la cabina está presurizada y no sufre el cambio de presión que hay en la atmósfera cuando cambiamos de altura, sí que hay cierto cambio de presión, que es lo que detectamos en nuestros oídos.
Al cerrar la botella el aire que queda dentro está a baja presión y, al bajar, el aire de fuera aumenta su presión, así que espachurra la botella.
También podríamos haber "llenado de aire a alta presión" la botella antes de que el avión ascendiera y ver cómo la botella se iba hinchando según ganábamos altura.
Este efecto también se puede ver cuando viajamos en coche siempre que entre la ciudad de origen y la de destino haya una diferencia de altura suficiente.
Igual es una buena manera de mantener a los hijos entretenidos en los viajes.
Una variante interesante puede ser hacerlo con un globo ya que, al no ser tan rígido, se irá viendo cómo cambia su tamaño según aumente o disminuya la presión del exterior relativa a la presión del aire que hayamos dejado en su interior.
Ya hablamos hace mucho de hacerlo con el frigorífico
Dedicado a los queridos amigos con los que compartí estos días: Gema, Mavi, Natalia y Alex
¡Peligro en la discoteca!
Microorganismos, ¡que no te quiten el bocata!
2 comentarios:
Muy buena Javier!
Gracias, Jesús. Saludos
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