jueves, 10 de junio de 2010

Los profesores no valen una...

De vez en cuando aparece algún compañero que te quiere y aprecia tu trabajo y te dice algo así como: “Con lo que tú vales, no sé qué haces aquí”.

Otro día aparece algún alumno que te quiere y aprecia tu trabajo y te dice algo así como: “Con lo que tú vales, no sé qué haces aquí”.

Otro día, hablando de una alumna brillante, un compañero que la quiere y aprecia su trabajo dijo algo así como: “No debería quedarse sólo en maestra”.

Y finalmente, hay ocasiones en las que tú mismo piensas por un momento algo así como: “No sé qué hago aquí”.

Bueno, pues como estamos todos de acuerdo, creo que podemos enunciarlo claramente:

Ser profesor o maestro es un escalón intermedio para algo mejor, o un premio de consolación, o directamente un fracaso. Una forma de supervivencia para mentes débiles o malogradas, o quizá incluso, algo de lo que avergonzarse.

Supongo que tiene que ver con que nuestro trabajo es fácil…

O con que no tiene importancia por su poca influencia en la gente…

O porque lo que se nos confía (los hijos), no es algo de valor…

Si nos pusiéramos a diseñar la sociedad desde cero, yo diría que las personas que estuvieran a cargo de la educación deberían ser de lo mejorcito que se encontrara en sabiduría y calidad humana.

Pero supongo que no debe haber mucha más gente que piense así…

Supongo que la mayoría estarán de acuerdo con el título de la entrada. Lo más increíble es que seamos los mismos profesores y maestros los primeros que, en el fondo, pensamos que no valemos gran cosa.

¿De verdad no os parece que esta mujer está cambiando el mundo? Por favor, ¡qué sonrisas…!



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10 comentarios:

Carlos Chordá dijo...

Muuuy bien la entrada. Personalmente (profe de ciencias en secundaria) pienso que tengo uno de los oficios más hermosos y más necesarios del mundo. Harto estoy de lo poquísimo que se nos valora, sí señor.

Anónimo dijo...

Y yo creo que la cosa aún va a peor porque muchos profesores se van rindiendo por el camino. Al final, es la pescadilla que se muerde la cola. A mayor desprestigio de la profesión, más desengañados y a más desengañados, menos iniciativa, menos ilusión, menos trabajo y esfuerzo y, por tanto, más desprestigio.

Me ha dado mucha pena este post, Javi.

Un abrazo, compañero.

P.D. Ah, y estoy completamente de acuerdo contigo también, Carlos.

Anónimo dijo...

Hombre, yo creo que el trabajo de profesor está muy bien considerado, no está mal pagado, y ofrece ciertas garantías que no todos podemos disfrutar.
Creo que el problema es que conlleva un inteso trato personal, y para eso hace falta ser muy perro.
Ánimo.

Davidmh dijo...

Quizá uno de los problemas que hace que no esté bien considerado es que, si bien no es fácil, puede serlo.

Un arquitecto tiene que diseñar un edificio, y tiene que aguantar en pie; sin embargo, en los profesores no existe esa «prueba material», o al menos no de forma evidente. Así, nos encontramos con demasiados individuos -uno ya es demasiado- que, bien por vaguería, por falta de vocación o simplemente por quemado, no son capaces de hacer bien su trabajo, dando mala fama al resto. Si a un arquitecto se le caen las casas, le retiran la licencia inmediatamente; pero si con un profesor los niños no aprenden, ¿qué se le va a hacer?

eulez dijo...

Los efectos que puede hacer el educador en los niños no los va a ver así como así. Es una profesión claramente desagradecida por lo que dice Davidmh, no se puede observar el resultado del trabajo de forma clara.

Además, el trato con la gente es muy complicado y ahora especialmente con los padres, que parece que no quieran exigir nada a los chavales. Tiene un gran mérito ser docente, especialmente en los colegios e institutos.

En fin, la docencia embrutece.

José Luis dijo...

No trabajo en el mundo de la docencia, pero en mi escala de valores sociales los profesores, y no hago distinciones en este caso entre profesores de primaria, secundaria, etc, están en el nivel mas alto junto con los profesionales de la medicina, los jueces y los científicos.
Yo no soy capaz de concebir una sociedad civilizada sin esos cuatro pilares. Es más, para que una sociedad civilizada disponga de médicos, jueces, químicos, físicos, etc, es necesario e imprescindible que antes haya profesores que den los primeros conocimientos a esos futuros profesionales. No se puede empezar a construir la casa por el tejado.
Desde aquí un abrazo y mi agradecimento mas grande a los profesores, a todos los profesores ;)

Javier Fernández Panadero dijo...

Gracias por los comentarios a todos.

Siendo cierto que nos falta una manera de medir el trabajo que hacemos, discrepo con que se evalúe de manera correcta y se obre en consecuencia en las demás profesiones (a juzgar por lo que veo en el telediario ;))

@Sergio

Itentando transformar la pena en conocimiento, diría que "la dignidad que te conceden es la que reclamas para ti". Así que hagámoslo. Este post es un paso en ese sentido, claro.

@Anónimo

Como digo en el post, discrepo de que esté bien considerado. Con respecto a que no todos pueden ejercer esa profesión, sí que son muchos más de la gente que lo reconoce. No sé si escribes desde España, pero aquí y ahora, basta con ser licenciado para acceder a las oposiciones que se harán ahora mismito para secundaria. ¿Crees que se apunta mucha gente?... pues en la época de bonanza económica, menos.

Anónimo dijo...

Yo creo que los profesores se victimisan demasiado, hacen un excelente trabajo, pero pienso que no hay un lugar en el mundo donde los profesores digan que se sienten valorados, creanme se les valora como un hijo valora a sus padres

Íñigo Barreiro García dijo...

Un familiar mío (DEP) solía decirme que cómo es que no había sido veterinario, en vez de profe de música (tengo las dos carreras). No cambiaría mi profesión de educador por nada del mundo. Es la más valiosa.

Javier dijo...

Si así es como piensas, me alegro de trabajar a tu lado, compañero Íñigo