Llega el buen tiempo. El tiempo de quitarse capas y dejar de ser cebollas andantes. Lorzas al aire. Y claro, nos entra el remordimiento por todos los pucheros con toda su pringá que nos hemos metido entre pecho y espalda este invierno…
Proliferan las dietas, cada cual más exótica, más divertida, más prometedora. Pierda 10 kg en dos meses. Pierda dos tallas en un mes. Conviértase en la sílfide que siempre soñó.
El gran problema es que para adelgazar no hay otro remedio que gastar más calorías de las que se ingieren. Una dieta equilibrada, ejercicio físico moderado. No hay otro secreto. Sin embargo algo tan sencillo nos cuesta horrores y recurrimos a las dietas más variopintas con las que creemos que acortaremos el peregrinaje hacia el peso soñado.
Hace poco me han hablado de dos dietas bastante curiosas: la dieta disociada y la dieta Dukan. Si examinamos lo que caracteriza a una dieta milagro podemos ver que ambas dietas cumplen todos o casi todos los puntos característicos:
* prometen resultados "rápidos" y milagrosos
* prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos sin una justificación clara y convincente
* contienen listas de alimentos "buenos" o "malos" atribuyéndoles propiedades muy generales e inespecíficas
* exageran la realidad científica de un nutriente y le atribuyen propiedades increíbles
* aconsejan productos dietéticos a los que se atribuyen propiedades extraordinarias
* incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad, y contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida, porque siempre queda bien quedar de alternativo y de ir contracorriente "oficial".
La dieta disociada se basa en que cada alimento necesita un pH diferente en el estómago para digerirse bien y la fruta debe tomarse aparte, no como postre. Además, se afirma que los alimentos no engordan por sí mismo, sino al combinarse entre sí y que no pone límite a la cantidad a comer. Una dieta muy prometedora para quienes no toleran bien las restricciones alimentarias y se ponen a sudar sólo con pensar en ponerse a dieta. ¿El problema? Que no tiene sentido y se carga el principio de Termodinámica que afirma que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma, ¿cómo van a tener más calorías y por tanto engordar más los alimentos juntos y revueltos que disociados? Tampoco tiene sentido la afirmación que he escuchado de labios de algunas personas, “es que si se comen juntos se absorben más calorías por alteración del pH que si se comen por separado”. En fin.
En cuanto a la dieta Dukan, tan famosa últimamente, la propia Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas está en contra de ella y alerta de sus peligros. Es una dieta “milagro” en la que prometen una gran pérdida de peso en poco tiempo, “estabilizar el metabolismo” y no recuperar esos kilos nunca más. La Asociación lo explica muy bien en el enlace que aporto y por mi parte no estoy de acuerdo con esa dieta, en la que hay una sobrecarga proteica al principio que puede ser perjudicial para los riñones, además de ver carencias nutricionales y no estar bien equilibrada; favorece el estreñimiento por la escasa cantidad de fibra y de manera regular. Es cierto que se aconseja la toma de salvado de avena, a lo que replico que no lo veo suficiente y que si la persona que sigue esa dieta no toma suficiente líquido o toma la cantidad recomendada pero se hincha de tés y diuréticos "para drenar líquidos y perder volumen" puede encontrarse con un estreñimiento serio, especialmente si tiene tendencia a ello. Y quizá suene exagerado pero yo no descartaría en casos extremos la formación de un fecaloma (una bola compacta de heces duras que forme un tapón en el recto y precisa la extracción manual).
Como éstas hay miles de dietas más. Quizás el sentido común y la mesura sean la mejor dieta.
Proliferan las dietas, cada cual más exótica, más divertida, más prometedora. Pierda 10 kg en dos meses. Pierda dos tallas en un mes. Conviértase en la sílfide que siempre soñó.
El gran problema es que para adelgazar no hay otro remedio que gastar más calorías de las que se ingieren. Una dieta equilibrada, ejercicio físico moderado. No hay otro secreto. Sin embargo algo tan sencillo nos cuesta horrores y recurrimos a las dietas más variopintas con las que creemos que acortaremos el peregrinaje hacia el peso soñado.
Hace poco me han hablado de dos dietas bastante curiosas: la dieta disociada y la dieta Dukan. Si examinamos lo que caracteriza a una dieta milagro podemos ver que ambas dietas cumplen todos o casi todos los puntos característicos:
* prometen resultados "rápidos" y milagrosos
* prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos sin una justificación clara y convincente
* contienen listas de alimentos "buenos" o "malos" atribuyéndoles propiedades muy generales e inespecíficas
* exageran la realidad científica de un nutriente y le atribuyen propiedades increíbles
* aconsejan productos dietéticos a los que se atribuyen propiedades extraordinarias
* incluyen relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad, y contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida, porque siempre queda bien quedar de alternativo y de ir contracorriente "oficial".
La dieta disociada se basa en que cada alimento necesita un pH diferente en el estómago para digerirse bien y la fruta debe tomarse aparte, no como postre. Además, se afirma que los alimentos no engordan por sí mismo, sino al combinarse entre sí y que no pone límite a la cantidad a comer. Una dieta muy prometedora para quienes no toleran bien las restricciones alimentarias y se ponen a sudar sólo con pensar en ponerse a dieta. ¿El problema? Que no tiene sentido y se carga el principio de Termodinámica que afirma que la energía ni se crea ni se destruye, se transforma, ¿cómo van a tener más calorías y por tanto engordar más los alimentos juntos y revueltos que disociados? Tampoco tiene sentido la afirmación que he escuchado de labios de algunas personas, “es que si se comen juntos se absorben más calorías por alteración del pH que si se comen por separado”. En fin.
En cuanto a la dieta Dukan, tan famosa últimamente, la propia Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas está en contra de ella y alerta de sus peligros. Es una dieta “milagro” en la que prometen una gran pérdida de peso en poco tiempo, “estabilizar el metabolismo” y no recuperar esos kilos nunca más. La Asociación lo explica muy bien en el enlace que aporto y por mi parte no estoy de acuerdo con esa dieta, en la que hay una sobrecarga proteica al principio que puede ser perjudicial para los riñones, además de ver carencias nutricionales y no estar bien equilibrada; favorece el estreñimiento por la escasa cantidad de fibra y de manera regular. Es cierto que se aconseja la toma de salvado de avena, a lo que replico que no lo veo suficiente y que si la persona que sigue esa dieta no toma suficiente líquido o toma la cantidad recomendada pero se hincha de tés y diuréticos "para drenar líquidos y perder volumen" puede encontrarse con un estreñimiento serio, especialmente si tiene tendencia a ello. Y quizá suene exagerado pero yo no descartaría en casos extremos la formación de un fecaloma (una bola compacta de heces duras que forme un tapón en el recto y precisa la extracción manual).
Como éstas hay miles de dietas más. Quizás el sentido común y la mesura sean la mejor dieta.
Un buen motivo para estudiar física con ganas y cariño
¡Peligro en la discoteca!
2 comentarios:
No creo q la teoria de la termodinamica se pueda aplicar tan a la ligera a la dietetica. No digo que estas dietas "milagro" funcionen, pero si creo que dependiendo del tipo de alimentos y de la forma en la que se ingieran, el cuerpo "almacena", "digiere" mas o menos calorias...que es en lo que parece (por lo que leo en tu articulo) que se basa la dieta disociada.
saludos
Zxc
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