jueves, 25 de febrero de 2010

DE PLAGAS DE PALOMAS, DE ALBERO Y PEQUEÑOS PROBLEMILLAS DE SALUD.

Muchas de las plazas que hay por nuestra geografía, sobre todo en el sur, son un ejemplo típico de plaza de albero, con los márgenes enlosados, con vegetación arbórea en los arriates que la rodean, con bancos alternados entre ellos y con la típica bandada de palomas correspondiente. Dos ejemplos de este tipo de plazas son la de la Corredera en mi pueblo, Arahal o ciertas partes del enorme Parque de María Luisa en Sevilla (conocido como el Parque de las palomas). También son de albero las plazas de toros.

Albero de la Plaza de la Corredera en Arahal (Sevilla)

Hay gente que opina que por tradición hay que mantener las plazas de albero, y dejar que los niños jueguen, se ensucien y se revuelquen en él, mejor que tener plazas ajardinadas o enlosadas, sin pensar en que el albero puede suponer un pequeño problemilla de salud. Debido a esto y en la entrada que preparé para el otro blog en el que colaboro, pensé en hacerla extensiva al Museo de la Ciencia, y aquí está el resultado tras modificarla convenientemente.

Lo primero será conocer algo más sobre el albero, del cual no hay mucha información en la red, aunque siempre algo se encuentra: El albero es un material sedimentario, de origen orgánico y de color amarillento-anaranjado, que se obtiene de un tipo de roca caliza, la caliza nummulítica, que procede de los restos de conchas de nummulites, un tipo de protozoos foraminíferos, con una concha de calcita, aragonito y raramente sílice, procedente de la zona de los Alcores, en Sevilla, aunque también se puede encontrar en la cuenca del río Amarillo en China.

Se podría pensar que al igual que ocurre con algunos tipos de arenas, ricos en sílice, la exposición prolongada al albero y su consecuente respiración podría provocar silicosis, una grave enfermedad crónica e irreversible que afecta a profesionales que trabajan con este material, por ejemplo en la metalúrgica, cerámica, minería, mármol, vídrio..., pero por esa parte podemos estar tranquilos, puesto que, como comenté en el párrafo anterior, la sílice es un elemento que raramente aparece en el albero o está en cantidades mínimas.

Pero hay otro problema y viene dado por uno de los elementos biológicos de las plazas:  me refiero a las palomas, ya que son unas aves que se han convertido en las últimas décadas en una plaga urbana en nuestros pueblos y ciudades. A pesar de su apariencia más o menos agradable y su buena reputación (paloma de la paz, palomas mensajeras, palomas de dibujos animados...), son una plaga más, como pueden ser las cucarachas, las ratas o las termitas. Aparte de esto no es raro que se acerquen a los humanos más de la cuenta, puesto que han perdido el miedo a las personas y no dudan en robar comida o dar picotazos a los incautos paseantes que se acercan a dar de comer a las 'palomitas'. Y no digamos ya, si te bombardean con sus fétidas deposiciones... Por supuesto, con esto no quiero decir que los humanos tengamos más derechos que las ratas, las cucarachas o las palomas... pienso que, simplemente, somos especies que competimos por el mismo espacio y recursos... y por motivos de higiene, digamos que no es muy conveniente compartir hogar con estos animalitos...


Palomas en la Plaza de la Corredera en Arahal (Sevilla)

Las palomas que habitan en nuestras ciudades y plazas pertenecen a la especie Columbia livia domestica, una subespecie procedente de las palomas bravías domesticadas. La domesticación se llevo a cabo por el hombre hace cientos de años, pero hoy en día éstas viven en estado semisalvaje, conviviendo con nosotros, perfectamente adaptadas al transformado medio urbano.

Antes de continuar me gustaría dejar claro, que los problemillas de los que hablo NO son graves ni quiero crear alarmas innecesarias, simplemente pretendo informar de una pequeña cuestión que se plantea con la unión de estos dos elementos de los que estamos hablando: albero + palomas.

Palomas en la Plaza de la Corredera en Arahal (Sevilla)

El excremento de las palomas se va mezclando poco a poco con el albero y pasa a formar parte de éste, ya que es difícil de limpiar, sin eliminar también el albero, lo cuál supone que cuando se levanta polvo y éste queda en suspensión en el ambiente, puede pasar a nuestros pulmones (tanto el material arenoso, como las deposiciones de las palomas). Y entrar en contacto con excrementos de palomas puede representar un pequeño riesgo para la salud. Existe controversia respecto a la cantidad de enfermedades que la paloma puede transmitir a los humanos, pero más o menos podemos hablar de que existen unas 30 enfermedades transmisibles desde estas aves a nosotros, y unas 10 transmisibles a otros animales domésticos. En términos de salud pública, las zoonosis de mayor importancia son criptococosis, aspergilosis, salmonelosis, listeriosis y estafilococosis, que pueden ser transmitidas a través del aire o de sus excrementos. Otras tres enfermedades un poco más extrañas asociadas con los excrementos de las palomas son: histoplasmosis, criptococosis y psitacosis:

- La histoplasmosis es una enfermedad causada por un hongo que crece en los excrementos de las palomas, que puede pasar a nuestro sistema respiratorio, aunque solo en casos de alta exposición puede causar infección. Es una enfermedad que a veces no da síntomas y cuando los muestra son los mismos síntomas que una gripe, con lo que la gente se confunde. Las personas inmunodeprimidas si corren más riesgo de padecer los sintomas. Y cabe decir que la enfermedad no se puede transmitir de persona a persona.

- La criptococosis es otra enfermedad por hongos asociada con los excrementos de las palomas, aunque también es muy poco probable que las personas sanas resulten infectadas aún a niveles altos de exposición, pero, como en el caso anterior, hay un riesgo importante de infección por tener el sistema inmunológico debilitado.

- La psitacosis (también conocida como ornitosis o fiebre del loro) es una rara enfermedad infecciosa, producida por bacterias, que afecta principalmente a loros, cacatúas y periquitos, pero también puede afectar a otras aves, tales como las palomas. Cuando los excrementos de estas aves se secan y son transportados por el aire pueden ser inhalados por las personas y enfermar. En los humanos, esta enfermedad bacteriana se caracteriza por fatiga, fiebre, dolor de cabeza, sarpullido, escalofríos y a veces neumonía. Los síntomas se presentan aproximadamente 10 días después de la exposición y su tratamiento consiste simplemente un antibiótico común. Las personas con mayor riesgo de contagio son dueños de aves, empleados de tiendas de mascotas, veterinarios, y personas con el sistemas inmunológico debilitado.

Mi pequeña Marta persiguiendo a las palomas en una plaza de albero

A pesar de todo esto, yo soy el primero que seguiré llevando a mi pequeña a la plaza de la Corredera, o al Parque de las palomas a que corra y juegue con otros niños, y yo mismo me sentaré allí para acompañarla, pero intentaré que se ensucie, toque o respire la mínima cantidad de albero posible, mientras sigan campando a sus anchas por allí, las simpáticas y adorables palomas...

Marta con las palomas al fondo.

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Fuente de las imágenes:

- La Ciencia de la Vida.

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Nota: Esta entrada es una versión ligeramente modificada de la que publiqué en El blog de Arahal y ha sido revisada, amablemente, por Sohpie.

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Fuentes:

- Wikipedia.
- Educared.
- Noticias Educared.
- NYC Health.
- Fueraplagas.
- Scielo.
- Ingeniero ambiental.
- Llueven croquetas.
- El blog de Arahal.

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5 comentarios:

Aureus dijo...

La verdad, creo que las palomas pueden, como tantas otras cosas, producirnos inconvenientes, pero creo que también conviene mejorar nuestro sistema inmunitario enfrentándonos un poco con agentes nocivos, no creo que eso sea negativo (claro, exposiciones sin exageración). Y supongo que son mucho más peligrosos, a nivel de salud, para Marta, los paseos por la acera de cualqueir avenida con bastante tráfico, que jugar en la plaza de Arahal. Aunque tampoco me parece que eso sea grave, vaya.

Eso aparte, al pasar la vista por el post, de arriba a abajo, he visto a una niña y he pensado "seguro que es la de Carlos, será de él el artículo?" Y efectivamente, si es que se te cae la baba (como debe ser) y la pones o la citas por todos lados!
Está preciosa.
Un saludo.

Héctor dijo...

Así que se puede decir que las plazas están llenas de...:(
No me había parado a pensar en ello, buena entrada Carlos ;)

José Luis dijo...

Pues gracias por esta entrada. Yo ya tenía una ligera idea de la problemática de las palomas y las enfermedades que pueden transmitir a los seres humanos pero despúes de esta entrada me ha quedado bastante mas claro el tema.
Gracias y un saludo.

Balovega dijo...

HOla...

Las palomas son todo un problema para las ciudades y sus habitantes, y muchas personas no lo saben...

Un saludo de buen fin de semana

Sophie dijo...

Qué mona es tu niña, chiquillo, qué guapa es, pa comérsela :D
Me ha gustado mucho tu artículo,en este caso solemos oir campanas sin saber bien dónde está el campanario, así que está bien puntualizar. En Cádiz sí que es un problema,ya te comenté que el Quinto de Palomería hace sus maniobras en la Plaza de San Antonio sobre todo, pudiendo chocarse una paloma contigo (true story) o recibir un regalito fétido. Más de una vez he tenido que apartarme para no recibir un palomazo y no me caen bien estos bichos