domingo, 14 de junio de 2009

¡Cuidado en la cocina!

Recuerdo que unos amigos y yo fuimos a pasar el fin de semana a casa de una pareja amiga nuestra. La verdad es que fue un buen fin de semana sobre todo por las tapas que disfrutamos en los bares todos juntos, y por volvernos a encontrar una vez más, ya que somos un grupo de amigos dispersos geográficamente.

El caso es que hubo una de las noches un momento peligroso. Sí, y es que en una de las veladas nocturnas se nos ocurrió preparar algo entre fogones, con tan mal acierto que salió de ahí más fuego del que esperábamos. Y es que una sartén comenzó a arder.

Viendo la situación decidimos apagarlo evidentemente, y uno de los del grupo que tenía en frente de mí decidió tomar la iniciativa y sopló con todas sus fuerzas. Evidentemente no sirvió de nada, y la llama se me vino encima dándome un susto de narices. A lo cual dije muy finamente “¡ostias, pero qué haces!” o algo así. En seguida alguien buscó una solución alternativa, que consistía en echar un buen chorro de agua. Dado mi interés en la prevención de riesgos en seguida me lancé a dar mi opinión antes de que fuera tarde y expliqué rápidamente que lo mejor era tapar el fuego para que se perdiese el oxígeno y así se apagara.

Me hicieron caso y lo tapamos con una tapa de acero, pero que tenía agujeros. A quién puso la tapa se le tostaron los pelillos del brazo y dado que entraba oxígeno no sirvió de nada. Pero en seguida encontramos otra tapa y apagamos el fuego, lo hizo otro amigo de los que allí estábamos. Finalmente el momento de alarma terminó bien, sin daños materiales ni personales.

Esta historia sirve para ilustrar lo que hay que hacer y lo que no cuando se nos prende una sartén o un cazo con aceite hirviendo en la cocina. Y es que NUNCA hay que echarle agua. Una posible solución es taparla con una tapa que no se queme y no deje pasar el oxígeno, para que el fuego se extinga. Puede servir bien una tapa de acero. Podemos ver cómo funciona dicha solución acudiendo al triángulo del fuego…



Fuente imagen…triángulo fuego

Este triángulo muestra lo necesario para que el fuego tenga lugar. Si actuamos sobre alguna de ellas podremos apagar el fuego. La tapa elimina el oxígeno, que rápidamente se consume en el interior.

Podemos ver aquí algunos vídeos que nos muestran lo que puede suponer no apagar el fuego de nuestra cocina de la forma adecuada… Además este primero nos muestra la forma correcta de apagar el fuego paso a paso. Proponen en el mismo una solución alternativa que consiste en utilizar un trapo húmedo.


Sí, y aunque parezca exagerado esa es la reacción que se provoca, que ocurre porque el aceite se encuentra a una temperatura mucho mayor que la del punto de ebullición del agua. Debido a esto, el agua se convierte en gas rápidamente y arrastra consigo hacia arriba la llama.

Como se dice en el vídeo, lo primero si se incendia la sartén es apagar la placa. Luego mojar un trapo y EXPRIMIRLO BIEN para que no gotee. Cubrir la sartén con el trapo y esperar AHÍ MISMO. NO HAY QUE MOVER LA SARTÉN. Sobre todo, NO USAR AGUA PARA APAGAR EL FUEGO.

Aquí tenemos otro vídeo de un experimento casero…



Pero ¡ojo!, porque a estos el experimento casero les podía haber salido caro, ya que otra manera por la que se puede incendiar una cocina, es precisamente por la campana extractora. Y es que tiene que ser limpiada con frecuencia para que no se acumule aceite en la misma. Si esto ocurre, podría incendiarse la campana si se da una situación en la que tenga fuego debajo. Así que cuidado con lo que se prende debajo de la campana extractora.

Y aquí un último vídeo del hormiguero:



Entrada escrita por Héctor y revisada por Wis.

Nota de interés: cuanto más difusión tenga esta entrada mejor, así que todos aquellos que tengáis un blog estáis invitados a reproducirla, citando eso sí la fuente. Unas sencillas instrucciones pueden venir muy bien para evitar accidentes, así que cuanto más gente conozca el contenido de esta entrada mejor. Nunca se sabe a quién le va a venir bien.

La jungla de cristal: lo que John McClane no nos contó
Construyendo un cañón de Gauss

6 comentarios:

Carlos Lobato dijo...

Buenas Héctor! Ya está también publicado en la Ciencia de la Vida. Un saludo! ;)

Héctor dijo...

Gracias Carlos. Un saludo ;)

Erre dijo...

Importante lo de mojar el trapo, si el trapo está seco arde muy bien, por propia experiencia.
Lo de la campana extractora tiene mala solución, yo tuve la suerte de que hacía menos de un mes que habían puesto extintores en la escalera y fui suficientemente rápido para que no pasara de ahí.
¿Alguien tiene alguna idea "genial" para esos casos si no se tiene un extintor?

Sophie dijo...

Estupendo artículo, no se me ha presentado nunca un caso así y seguramente habría probado a echarle agua o a apartar la sartén y llevarla al patio, alejada de cualquier mueble u objeto inflamable. c

Anónimo dijo...

Muy interesante la entrada, sobre todo porque hay mucha gente que lo primero que piensa es agua! jeje pero no!!

Héctor dijo...

Gracias, me alegro de que os parezca una entrada interesante.

Erre, lo de la campana, creo que hay que limpiarla con regularidad para evitar que se incendie.

Si se incendia la sartén hay que apagar la campana extractora.

Este tipo de cosas son más frecuentes de lo que la gente piensa, yo ya conozco a 3 personas que se les ha quemado así la cocina.

Espero que si algún día os véis en la situación, os sirva lo comentado.

Un saludo ;)