jueves, 17 de diciembre de 2009

Vacaciones

¡Vacaciones! Llegan las vacaciones de navidad, así que estaremos unos días sin publicar aquí en Museo. Volvemos el día 5 de enero. Espero que hayáis sido buenos este año y que os traigan muchas cosas los reyes. Desde Museo de la Ciencia os deseamos unas felices fiestas.

¿Qué es la teoría de la relatividad?
Los humanos, ¿unos copiones?

miércoles, 16 de diciembre de 2009

"The Hygiene Hipotesis": Suciedad y Alergias

"Dirty pigs are healthy pigs" (Los cerdos sucios son cerdos sanos) era el titular que abría una de las entradas de nature news la semana pasada. Y la cabecera remataba el titular:

Living like a pig could be good for you. Research has shown how dirty piglets obtain 'friendly' bacteria that help them to develop healthy immune systems later in life.
(Vivir como un cerdo puede ser bueno para tí. Investigaciones han revelado como los lechones más sucios que estaban en contacto con bacterias "amigas" desarrollaban un sistema inmune saludable durante el resto de su vida)

La noticia justo me daba el pié para un artículo que llevo mucho tiempo queriendo escribir para el Museo de la Ciencia. Un artículo sobre la llamada "The Hygiene Hypothesis"

El ser humano lleva a las espaldas una larga evolución hasta llegar a nuestros días. Una larga evolución en la que nuestro sistema inmunológico ha aprendido a vivir con microorganismos "amigos" y microorganismos patógenos. Durante mucho tiempo ha sido crucial para nuestro organismo tolerar a los primeros y eliminar a los segundos. Ha sido crucial distinguirlos. Y el contacto con ellos es indispensable para el aprender a distinguirlos. Un aprendizaje que estamos rompiendo recientemente.

El problema es que en un periodo de tiempo muy pequeño hemos hecho cambios de vida muy grandes. Hemos evolucionado culturalmente a un ritmo mucho mayor que genéticamente. Y ahora nos estamos dando cuenta de que no todos los cambios han sido para bien.

Una de las grandes cualidades de los países desarrollados es su higiene. Todo está esterilizado. Todo tiene fecha de caducidad. Los animales están lejos y sus parásitos también. Ya no existe diferencia entre microorganismos amigos o enemigos. Ya no existen la mayoría de los microorganismos a nuestro alrededor. Y en principio nos parece bien.

Pero de esa manera nos estamos maleducando a nosotros mismos. El problema reside en el aprendizaje del que hablaba. Ahora nuestro sistema inmune no se acostumbra a "tolerar" microorganismos que no son dañinos. Se pega la mitad del desarrollo sólo con unos pocos, y casi siempre patógenos. Y como no ejercita la tolerancia frente al microorganismos "amigos" tampoco es una actitud que se le de bien con otras cosas. Y ahora es cuando aparecen de la mano las alergias y los desórdenes autoinmunes.

Pero ojo, que no es nada nuevo. En 1966 Leibowitz y colaboradores sugirieron que había evidencias de una mayor incidencia de esclerosis múltiple en individuos criados en ambientes altamente higiénicos. 20 años más tarde Strachan observó que el riesgo de sufrir rinitis alérgica estaba inversamente relacionado con el orden de nacimiento y el tamaño de la familia. Proponían que cuantas más infecciones infantiles sufrieras menor era el riesgo de rinitis.

Lo más reciente que conozco es que ahora resulta que todo esto podría acarrear problemas mayores. Ahora se está buscando relación a la ausencia de infecciones en la infancia con patologías tan distantes inicialmente como la depresión y el cáncer.

Y es que estudios en ratones demuestran alteraciones en la conducta, sobre todo la asociada con el miedo en ratones que han permanecido en ambientes demasiado higiénicos, en comparación a ratones que han sufrido infecciones de diversa índole.

Con el cáncer, la hipótesis (respaldada también por estudios estadísticos) es distinta. Sabemos que las células tumorales se saben esconder del sistema inmunológico. Que les gusta pasar desapercibidas. Y si nada activa el sistema inmunológico, mejor para ellas. La cosa cambia cuando hay infeciones recurrentes, y el sistema inmunológico se ve activado ocasionalmente. El control es mayor y el desarrollo de tumores se ve disminuído.

Ahora enciende la tele y echa un vistazo a los anuncios. A cómo entendemos la limpieza. Cómo tratamos a los niños pequeños, que casi no tocan el suelo por si comen tierra de las macetas.
Ahora es posible que nos estemos empezando a dar cuenta de que necesitamos un poquito menos de limpieza para estar sanos.

Referencias:
1- "Review series on helminths, immune modulation and the hygiene hypothesis: The broader implications of the hygiene hypothesis. Graham A.W. Rook. Immunology 126, 3-11. 2008.
2-"The effect of infections on susceptibility to autoimmune and allergic diseases" Jean François Bach, N Engl J Med, vol 347, Nº12 September 19, 2002.

Funcionamiento de las linternas sin pilas
Las vacunas del futuro

martes, 15 de diciembre de 2009

¿Por qué tengo que respetarte?


Seguro que habéis oído a la gente quejarse de que los jóvenes no tienen respeto...

Bien, dime...

¿Por qué tendrían que respetarte?

O, ya puestos...

¿Por qué tendría que hacerlo yo?

...


Me imagino a mucha gente airada dando razones a montones... y quizá a voces...

Esas razones podemos ponerlas en dos listas.

COSAS QUE TIENES/COSAS QUE "ERES"

Primera lista.

Puede que aún quede alguien de los que creen que deben ser respetados por su coche, su casa, su sueldo o por tener el título de marqués o conde...

Seguro que no serás tú... a nivel consciente.

Quizás a nivel subconsciente....

¿Qué ocurre cuando le cuentas a alguien ese último gadget o prenda de ropa que te has comprado?...

Pero bueno...vayamos a la...

Segunda lista.

Puedo sentirme orgulloso por ser licenciado o doctor, por jugar bien al fútbol... por tener habilidades o logros.

O, simplemente, puedo merecer respeto por la edad que tengo...

Estas cosas sí que nos permitimos decirlas a la luz del consciente.

...


Hasta aquí todo parece muy bien...

Pero, si la causa del respeto es el conocimiento... ¿despreciaremos al ignorante?

Si es la edad, ¿al niño?

Si es la habilidad, ¿al torpe?...

...


Si existe una causa para el respeto, al cesar la causa... cesará el respeto.

El respeto verdadero es INCAUSADO, un REGALO QUE HACEMOS SIN MOTIVO.

Como dice un buen amigo, no hay mayor título que ser hijo de Dios (o simplemente, persona, para los no religiosos).

Si queréis un motivo para respetar o que os respeten... basta con este: SOIS PERSONAS.

Los otros "respetos" son admiración a "cosas", una forma de materialismo más o menos sutil.

O, peor aún, miedo a represalias, conciencia de "pobreza" o de "clase baja"... nada deseable.

...


Así que, si lo que vivimos es un cuestionamiento de falsos "respetos", una etapa de transición a un estado futuro mejor y más profundo, bienvenido sea. Y lo dice un profe, que se las tiene que ver con la muchachada...

...


Esta manera de pensar sobre qué esta presente cuando se da un fenómeno y qué ausente, es un clásico de la filosofía y la ciencia: las tablas de presencias y ausencias de Francis Bacon.

Una vez más, una manera científica de pensar puede ayudarnos en campos muy variados.

Sobre el materialismo subconsciente del que no acabamos de desembarazarnos, os contaré una mini-historia.

Dicen que un maestro budista iba a oficiar una ceremonia para alguien socialmente muy importante. Al notar que le sudaban las manos, se dio cuenta de que aún veía diferencias entre el "rey" y el "mendigo". Así que abandonó la región para encontrar más luz... y dicen que acabó hallándola.

No deja de ser una forma "experimental" de estimar su adelanto espiritual...

Imagen Wikipedia


No saber ciencia es peligroso
Entender el cáncer

lunes, 14 de diciembre de 2009

Educativo o divertido

Llega otro año más y de nuevo vienen a visitarnos Los Reyes Magos, Papá Noel y demás personas de ficción que hacen la vida un poco más feliz a los pequeños de la casa por estas fechas. A veces los padres responsables se preguntan qué es mejor, regalar un juguete divertido, o por el contrario uno educativo. ¿La princesita o el tablero de ajedrez?

¿Qué pensáis vosotros que es mejor? Lo cierto es que la pregunta está mal planteada en realidad. Sería algo así como plantear qué se debe hacer un sábado, si divertirse o salir de compras con la novia. Bromas aparte, ambas cosas no son para nada excluyentes.

Y no lo digo pensando lo siguiente: ¡Ei, que los juegos que enseñan inglés también son divertidos! ¿O no opináis igual que yo? A mí me encantan los puzles…no, no lo digo en ese sentido.

Lo que quería comentar en esta entrada es que contrariamente a la creencia popularizada, los juguetes son todos educativos. Tanto la princesita como el ajedrez.
.
Muchos padres piensan que los juegos que no son didácticos (que no enseñan cosas), o que no hacen pensar a lo Bobby Fischer, no son educativos. ¡Nada más lejos de la verdad!

Lo cierto es que en realidad todos los juguetes son educativos, desde el camión de plástico a la princesita que ella tanto quiere. ¿O acaso no permite al niño/a usar su imaginación un muñeco? Y no sólo su imaginación, sino que permite ejercitar también la motricidad fina.

Por lo tanto, todos los juguetes son educativos. Fuera de la cabeza el mito de que no es así. Volviendo a la pregunta formulada al comienzo, queda claro que carece de sentido tal pregunta.

Por otra parte, para que “aprendan cosas” los niños ya tienen el colegio y otro tipo de actividades encaminadas a tal fin.

Una de las principales características del juego es que es voluntario, motivado por el único fin de divertirse. El motor del juego es la diversión. Eso no quita que el juego sea útil en el desarrollo de un niño.

Lo importante aquí es que si le compramos un juguete que no gusta, corremos el riesgo de que se quede en el armario sin uso, y no sirva absolutamente para nada.

Si a un niño le encanta el ajedrez perfecto, pero si no le gusta y le regalamos uno por navidad con la esperanza de que aprenda...

Es necesario yo creo al regalar un juguete a un niño conocer sus intereses y regalar sobre todo algo que le guste. Y aunque pensemos que puede ser mucho peor la princesita que el tablero de ajedrez, puede que no sea necesariamente así. Una muñeca que se usa, es mejor que un ajedrez en el armario.

Ahí queda el mensaje para padres, hermanos, tíos y demás familia, de cualquier niño posible víctima de un Santa-Karpov. Además, eso de regalar algo que no gusta no puede traer nada bueno…(los que no gustan de palabras malsonantes que no oigan el siguiente vídeo de humor)…



Os dejo un enlace interesante de una guía que puede venir muy bien, por si tenéis alguna duda sobre si un juguete será adecuado para un niño o no. Está muy bien, a diferencia de otras guías de juguetes, ésta se centra en los aspectos pedagógicos de los mismos. No es una guía con propósitos comerciales, o por lo menos eso se dice en su sitio online. La guía con la que muchos padres desean contar y que espero os sirva para algo si no habéis regalado nada todavía. Os deseo suerte con el regalo y de paso unas felices navidades a todos.

Microorganismos, ¡que no te quiten el bocata!
¿Qué esconde la serie "Héroes"?

jueves, 10 de diciembre de 2009

Cómo funciona... un CD

El CD, Compact Disc, Disco Compacto, o cómo lo queramos llamar, fue el gran salto para almacenar información digital después de los disquetes (a los que otro día dedicaremos un Cómo funciona... si queréis). Actualmente ya están cayendo en el deshuso pues los DVD tienen mayor capacidad de almacenamiento y velocidad de trasmisión de datos, pero eso no quita que sigan siendo nuestros mayores aliados a la hora de grabar nuestros datos o de escuchar música. Ahora bien, ¿cómo funciona un CD?

El funcionamiento de un CD lleva detrás mucha más física de la que uno se podría imaginar en un principio. Para empezar debemos saber cómo es físicamente el CD. En el disco de 1,2 mm de grosor hay cuatro capas diferentes con funciones muy específicas:
  • Capa de policarbonato de plástico, donde está grabada la información en el CD (A).
  • Capa reflectante de aluminio, y más raramente de oro o plata, donde el láser (E) se refleja (luego explicaremos esto con más detalle) (B).
  • Capa de laca para proteger y mantener limpia y brillante la capa de aluminio (C).
  • Opcionalmente, una etiqueta en la parte superior donde se puede escribir y/o tiene serigrafiada la carátula del disco (D).
Una vez que sabemos cómo es el interior de un CD podemos pasar a su funcionamiento cuando lo introducimos en un lector de CDs.

La información del CD se encuentra, como ya dijimos antes, en la parte interna de la capa de policarbonato y para leer esta información necesitamos el láser del lector de CDs. En el lector no sólo está el láser (es infrarrojo así que no es visible) si no que también tiene un sensor (fotodiodo) que recibe la luz del láser reflejada en la capa de aluminio. Antes, esta luz del láser tiene que atravesar la capa de policarbonato y sufre diferentes cambios dependiendo de cómo sea cada punto de esta capa. Y es que la capa de policarbonato no es completamente lisa si no que tiene pequeñas hendiduras (pits en inglés) que provocan alteraciones en la luz láser.

Comentar que aquí la cosa es un poco ambigua pues las hendiduras son tales desde el lado de la etiqueta (desde arriba), ya que desde el punto de vista del láser (desde abajo) son salientes. Aquí estaremos mirando el CD siempre del lado de la etiqueta, es decir, "desde arriba".

Las hendiduras tienen una profundidad de unos 100 nm con respecto a las llanuras (zonas de no hendidura), y tienen una anchura de unos 500 nm. Están ordenados en una espiral que recorre todo el CD y que si la midiéramos tendría más de 5,7 km de longitud. El lector de CD la recorre a una velocidad de unos 1,2 m/s así que tenemos la duración de uno 80 minutos que tiene cada CD. O lo que es lo mismo, 700 MB.

Por tanto, lo que este láser hace es ir "iluminando" cada punto del CD e ir comprobando si hay una hendidura o una llanura. El láser sabe en qué zona estamos ya que cuando no hay cambios, es decir hay una secuencia de llanura o de hendidura, el láser se refleja y llega bien al sensor. Mientras que cuando se produce una variación, es decir pasamos de hendidura a llanura o de llanura a hendidura, cambia el ángulo de reflexión y la luz láser no llega al sensor. Así pues ya tenemos la representación binaria que entiende el ordenador: a la zona de no variación se le asigna el valor 0 y cuando se pruduce un cambio se le asigna el valor 1. La secuencia de 0 y 1 es la que le permite saber al ordenador qué información hay almacenada en el CD para poder reproducirla en la pantalla, guardarla o lo que sea.


Para los más románticos, decir que un CD de música es algo así como una de esas antiguas cajitas de música que funcionaban con una ruedita dentada tocada por un cepillo metálico, pero a escala más pequeña con mucha más capacidad y funcionando mediante ceros y unos que un ordenador lee, interpreta y convierte en sonido. Curioso, ¿verdad?

Así que nada más. Básicamente, éste es el funcionamiento de un CD de los muchos que podéis tener por casa. ¿Ya sabías u os imaginabais que funcionaban así? Y sabiendo esto, ¿podríais intuir cómo funciona un disco grabable (CD-R) o uno regrabable (CD-RW)?

Por mi parte nada más. Os dejo que busquéis más información por vuestra cuenta para saciar vuestra curiosidad :P

Saludos ;)

Humor científico: especial física y química
Humor científico: especial medicina

sábado, 5 de diciembre de 2009

Minipost médico: los antibióticos en tiempos de faringitis

En la consulta de Atención Primaria no es infrecuente oír a muchos pacientes decir "Doctor, me duele la garganta horrores, tengo una faringitis de caballo, ¿me podría recetar un antibiótico?"

Recordemos una cosa: un antibiótico "mata" bacterias.Si la faringitis es causada por una bacteria, el antibiótico será eficaz y nos curará la faringitis. Si es causada por un virus, no será eficaz y estaremos tomando un remedio sin necesitarlo, cuando lo más eficaz en ese caso son las medidas sintomáticas: mucha agua, caramelos suavizantes para la irritación, paracetamol para la fiebre y el dolor.

Funcionamiento de las linternas sin pilas
Las vacunas del futuro